otro de esos días imposibles, donde trabajas 11 horas sin parar. al menos pudo el perro sentir la sumisión cuando acudía al baño, o al tener la polla sujeta por el cockring. es curioso pero cada vez que el perro oye el clic del cockring, tiene la misma sensación que cuando se cierra el collar al cuello del perro. es el indicativo perfecto, porque puedes ir a reuniones, acudir a clases y nadie sabe que estás sujeto, que un movimiento, un simple cruce de piernas te hace recordar qué eres y a quien perteneces. gracias a esas pequeñas cosas la no-vida es más llevadera. al salir del trabajo el perro vino directamente a casa porque estaba terriblemente cansado.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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