otra vez la no-vida prima sobre lo demás. pero hoy el perro ha vuelto a ver al ego en acción en algunos compañeros de trabajo. se esfuerzan inexorablemente en aparentar más, parecer más, querer más, y para eso no tienen ningún problema en crear conflictos, imponerse. desean ser Amos, controlar, pero no son más que unos pobres infelices que intentan dominar lo que está a su alrededor porque se sienten alienados por cosas con las que no pueden enfrentarse. el ego, y todas sus manifestaciones, no son más que muestras de debilidad, de impotencia, de indiferencia. un esclavo, al que el Amo enseña y adiestra a controlar su ego, es infinitamente más fuerte que esas personas, porque el esclavo no depende del exterior. está firmemente asentado en su sumisión, en las normas, órdenes y técnicas que el Amo le ha enseñado. no teme al sufrimiento porque ha sentido el dolor y sabe que puede salir de él; tampoco teme al fracaso, porque ha caído muchas veces, ha suplicado perdón, y tras el castigo, ha vuelto a intentarlo hasta conseguirlo, y por último no teme a la soledad, porque el Amo le ha enseñado a estar solo, encerrado, atado, en privación sensorial, sabiendo que el Amo siempre vuelve y estará ahí para cuando lo necesite. viendo el espectáculo de estos compañeros llevados por su ego, no puede por menos que sentir pena por ellos.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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