se sentía aturdido y mareado, con el estómago revuelto, pero sabía que vomitar con aquella mordaza dentro de la boca sería una muy mala idea. tenía los ojos abiertos y lo veía todo pero no podía mover un músculo. debían haberlo drogado. notaba el latex en cada centímetro de su piel, percibía el fuere olor de la goma; lo sentía todo, se daba cuenta de todo, pero no podía moverse. cuando lo levantaron y lo pusieron en el potro para atarlo pensó que era una medida innecesaria. cuando terminaron lo llevaron al centro del bar. había visto la escena un par de veces pero siempre pensó que aquellos eran voluntarios. por un euro podías follarte al "muñeco de goma", así lo llamaban, delante de todos. cuando el primero le metió la polla el dolor fue inaguantable, pero su cuerpo sólo soltó una pequeña lágrima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario