una consecuencia no deseada de la estética leather y de la preeminencia que le damos a lo visual es que a veces nos dejamos llevar por ellas y caemos en el error. si viéramos a estos dos leathermen en otra situación, posiblemente diríamos que el del harnes rojo es el Amo y el otro sería el esclavo. sin embargo viéndolos así la cosa no está tan clara, porque evidentemente uno está de rodillas sirviendo, mientras el otro está siendo servido. a menudo pasa eso, nos dejamos llevar por las apariencias y pensamos que aquel es tal cosa, o el otro no es de esta manera, o que el que parece de una forma es otra. el perro tiene un poco ese handicap. es un ser grande, bastante grande, y algunos dicen que tiene apariencia de Amo, pero no es más que la apariencia, como podrá comprobar cualquiera que haya leído más de una entrada de este blog. la realidad es otra, que este perro vive en sumisión, en la sumisión más absoluta, o al menos en proceso de conseguirlo, de forma que incluso ya no desea ser ni sumiso, ni esclavo, ni perro, sino un simple objeto, una propiedad de su Dueño.
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