el día ha significado la irrupción de nuevo de la no-vida en la existencia de este perro. esta división no es sólo analítica sino que es real. el perro vive como en dos planos. en uno es proactivo, tiene que tomar decisiones que afectan a otras personas y mostrarse en muchas situaciones autoritario y dominante.
a otro nivel, en la llamada vida, se produce justo el reflejo contrario. en ella es sumiso, obediencia, sin necesidad ni deseo de decidir, sencillamente obedece.cualquier pseudopsicólogo diría que es la combinación perfecta, porque así se consigue el equilibrio, pero no realmente no lo es, porque por algo se llama vida, y no-vida. es una dualidad pero no equilibrada, ni complementaria. una es soportada y la otra es plenamente vida.
la cuestión es cual de las dos corresponde más a la naturaleza de este perro, aquello que le hace ser más auténtico. recordemos que aristóteles mismo defendía que la felicidad consistía en que cada uno se comportase según su propia naturaleza. sólo la vida responde a la naturaleza de este perro, es la única forma que tiene el perro de ser feliz, porque ¿cómo comportarse según su propia naturaleza cuando uno mismo se siente un perro esclavo?
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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