sábado, 15 de septiembre de 2012

minirelato CXXXVI


el ejecutivo abrió la puerta aún llevando el traje italiano de seda de chaqueta y corbata. al otro lado apareció un tio vestido completamente de cuero, con botas altas y gorra militar. una sola miraba bastó para que se sintiera impotente y agachara la cabeza. cuando vió que las botas cruzaban el umbral cerró la puerta y se arrodilló para lamerlas. cuando las dejó brillantes sintió la mano enguantada del tio tocando su cabeza. la polla le dolía apretada en su dispositivo de castidad. rápidamente el Amo lo desnudó, lo amordazó con un pene de plástico que sujetó a su nuca y le puso una capucha de cuero que no le dejaba ver nada. lo tumbó de espaldas y le ató cada muñeca a un tobillo, dejando su trasero expuesto.
-Hoy te has portado mal en la oficina -le oyó decir- Voy a tener que castigarte.
Sintió algo frio y el dildo comenzó a entrar por su culo sin compasión, mientras él gemía desesperado.

1 comentario:

Dom K dijo...

Excitante