lunes, 17 de septiembre de 2012

976 días de esclavitud, 3 de castidad


regularmente pasa lo mismo, el ego va haciéndose fuerte, o tomando posiciones, normalmente por dejadez. la no-vida se va imponiendo: obligaciones, responsabilidades, cosas que hacer, la agenda. entonces, sin darte cuenta, vas olvidando que eres un esclavo, que vives sometido. a veces durante momentos, porque tu mente está ocupada en cosas que son "urgentes". luego te das cuenta que, durante el día, sólo has tomado conciencia de tu sumisión cuando escribías un mensaje al Dueño comunicándole dónde estabas o lo que hacías. al final vas dejando el blog para "mejor momento" porque estás cansado o tienes otras cosas que hacer. la consecuencia es que al final te vas alejando de tu centro, del lugar donde reside tu verdadero yo, tu verdadera vida, tu felicidad, y acabas "desconectado". por eso es necesario, de vez en cuando reconectar. esa reconexión puede venir o porque el Amo te ordena algo humillante, o porque vuelves a retomar esas actividades o acciones que, de por si, aunque ya no te resulten tan humillantes, hacen que el ego empiece a temblar. en el caso de este perro una de esas acciones sería escribir este blog. 
el Amo, que es sabio hasta extremos que ni este perro sospecha, este año ha hecho algo que produce esta re-conexión inmediatamente. se trata de la nueva orden de orinar sentado. uno no sabe lo humillante que puede ser hasta que tiene que cumplirla porque en casa es fácil, pero cuando estás en el trabajo, orinándote y tienes que ir a un sitio, pararte a sentarte y orinar es mucho más complicado que hacerlo en el urinario, además de tener en cuenta que no siempre los retretes están tan limpios como deberían. y aquí que, la sencilla acción de ir al baño se convierte en una acción humillante que inicializa constantemente la mente de este perro, evitando en cierta medida que el ego se vuelva demasiado atrevido. desde que la orden fue dada, sólo una vez, tal como se expresó en este blog, este perro olvidó que debía mear sentado, y en medio de la meada paró y fue a sentarse en el retrete. 
hoy, además de todo esto, este perro estaba algo nervioso y el Amo decidió que debía ordeñarse. la primera sensación fue de hastío y rechazo, porque la verdad no estaba este perro especialmente caliente, pero inmediatamente pensó que no le correspondía decidir, sino obedecer. el último ordeño, el viernes, estaba muy reciente, y podría haber pasado perfectamente una semana o dos sin un nuevo ordeño, pero no es algo que este perro decida. se dio entonces la irónica situación de que las apetencias personales ¿puede un esclavo usar este término?, no eran las que se suponía que debía tener. se suponía que un ordeño es un regalo, algo beneficioso, positivo, algo que siempre deseas porque es una "liberación" de la castidad. pues no, ya no lo es, al menos este perro no lo vive así. la verdad es que no sabe si el sistema de ordeño establecido por el Amo está haciendo su efecto, un efecto de forma que eyacular no es algo placentero, ni doloroso, sino que sencillamente es algo que se hace cuando El ordena, una mera función fisiológica. el hecho es que este perro, sin estar especialmente caliente o necesitado de vaciarse, obedeció las órdenes del Dueño. esta vez eran muy claras y concretas. llegó a casa, se puso el collar de esclavo, la mordaza, un cockring, las pinzas y la capucha que usó el viernes pasado, de cuero y sólo con el orificio de la nariz. se puso a cuatro patas y se ordeñó. así lo deseaba el Amo. además tuvo que filmarlo todo y enviárselo al Amo. cuando todo estuvo hecho no pudo este perro dejar de pensar en la cantidad de videos que tiene el Amo de este perro haciendo cosas así. sin duda tiene material suficiente para obligar a este perro a realizar cualquier cosa. el chantaje no es un arma necesaria, teniendo la sumisión, pero podría emplearla sin duda. sin embargo no lo hará, este perro está seguro, por el mero hecho de que no lo necesita. su autoridad y su poder son suficientes para hacer que este perro obedezca sin rechistar. la posibilidad de perder al Dueño, de convertise en un perro callejero; la posibilidad de ser condenado a la libertad, son suficiente amenaza para que este perro caiga de rodillas y toque con su frente el suelo que pisa el Amo.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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