incluso los vaquero, orgullosos sobre sus caballos, cabalgando por las praderas, saben ponerse de rodillas. hay que adorar y venerar al Amo no sólo con palabras y acciones, sino también con gestos, con comunicación no verbal. arrodillarse constituye el signo externo más claro de sumisión. se trata de estar por debajo de El, de mirarlo desde un nivel inferior, porque el esclavo está en esa posición en su vida. su Amo está por encima, él por debajo. su Dueño tiene una perspectiva más clara de la existencia y el esclavo debe limitarse a obedecer porque su Amo, que está por encima, ve lo que él no ve. además con su sumisión agradece, agradece que lo haya tomado como esclavo, evitando que vaya por el mundo perdido, agradece que lo oriente y que no lo abandone, perdiendo cualquier sentido de la vida, agradece que, obligándole a obedecer, su existencia tenga sentido. si, definitivamente ante tu Amo sólo queda arrodillarte.
1 comentario:
ante el Amo siempre de rodillas. es lo que ya dices tú, pero los sumisos debemos repetirlo siempre que tengamos el más mínimo pretexto. es la primera humillación y la que nos coloca exactamnete en nuestro sitio, como no vamos a dejar de repetirlo. juan.
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