no hay experiencia más dura para un esclavo que un Amo te de la espalda, que se vuelva y no quiera ni mirarte. imaginarme en esa situación solamente ya hace a este perro ponerse a temblar. no puedo ni llegar a suponer las razones que podrían llevar a un Amo a hacer esto, pero sí los efectos que tendría en el esclavo, sencillamente devastadores. cuando te entregas, cuando te sometes, corres ese riesgo: ponerte a disposición a merced de tu Amo. aquí no hay seguridades, salvo las que El te quiera dar. no puedes pedir un seguro a todo riesgo. o te sometes o no te sometes, y si lo haces ya estás a su merced, a su disposición, para lo bueno y para lo malo. por eso es una decisión trascendental, profunda, que no debe ser tomada a la ligera. es la auténtica Decisión, la mayor, y la última, que tomarás.
una vez dado ese paso tu ser empieza a estar a sus pies y El puede hacer con él lo que quiera. una palabra suya basta para sentirte en la gloria, un gesto de reproche es suficiente para que vivas en el infierno. una caricia suya curará todas tus heridas, una bofetada de castigo es como si te abrieran en canal. mi Amo lo sabe. sabe que si quiere castigar a este perro con el mayor de los castigos no tiene más que hacer una cosa: volverse e ignorarle. sólo de pensar en esa posibilidad, tiemblo; solo de imaginar que eso podría llegar hace que obedezca aún más profundamente. este perro no podría soportarlo.
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