martes, 31 de enero de 2012

cartas desde la mazmorra 33

la vivencia de un esclavo se basa en una experiencia muy concreta que llamo la experiencia del no-control. a veces esto adquiere otros nombres: rendirse, entregarse, someterse, humillarse.
básicamente consiste en perder la capacidad de evitar una situación concreta o de cambiar los elementos de esa situación. normalmente esto se consigue mediante el bondage de algún tipo, o tal vez por estar amordazado, o encerrado sin posibilidad de salir.
al inicio de una sesión, o de cualqueir relación D/s se produce la negociación, donde el esclavo deja claro sus límites, sus preferencias, etc. esta negociación es importante porque una vez terminada, aparentemente, se está en poder del Amo. sin embargo eso pocas veces ocurre. es paradigmática la expresión de que es el esclavo quien realmente controla la situación, pudiendo detenerla o estableciendo los límites. sería interesante cuestionarse si en estos casos la sumisión es auténtica o sólo presenciamos una fricción de sumisión.
en cualquier caso esto forma parte del proceso de conocimiento necesario para que el vínculo se establezca y la relación D/s profundice y llegue a niveles más profundos. entonces, en algún momento, efectivamente el esclavo experimenta el no-control. empieza como una sesión como las anteriores, pero de pronto pasa algo, la tortura es más dolorosa de lo esperado, el AMo hace algo que está dentro de los límites pero es inesperado, o sencillamente empuja esos límites ligeramente la primera reacción es la de protestar, la de salir de esa situación, pero no se puede. o estás atado o estás amordazado, y entonces empieza el miedo, el temor de haber ido muy lejos, demasiado lejos. temes que tu Amo te haya estado engañando todo este tiempo y no ser tan "amable" como creías. puede que incluso llegues a temer por tu vida. gimes más de la cuenta tras tu mordaza, te agitas para liberarte de tus ataduras. te desesperas. quieres salir pero no puedes. estás indefenso. durante un tiempo piensas que eso no está bien, que te está "puteando". intentas conmoverlo. tal vez lloras en parte porque te duele la tortura en parte para hacer que te libere apelando a su "corazón". tal vez se te ocurre pensar qu eno negociaste eso, que se está excediendo, que aquello roza el abuso. vuelves a intentar liberarte y vuelves a fracasa. la desesperación aumenta. tu llanto aumenta, ahora más por la desesperación que por el dolor.
y entonces, sin saber por que, de pronto ocurre. te rindes, te abandonas, realizas un acto de confianza total y te sometes. a partir de ahora obedecerás. tu ego se ha rendido y has renunciado a tener control. entonces se produce algo especial, porque entras en un estado de paz, de tranquilidad, de equilirbio pleno. es lo más parecido que conozco a la felicidad. a eso es a lo que llaman subspace, un estado de concentración profunda y de sumisión plena donde lo que en otro estado se consideraría una humillación, aqui es una prueba de obediencia. la primera vez que se consigue puede dar un poco de miedo, incluso de vértigo, pero a partir de ese momento. cada vez es más fácil llegar a él.
es esta experiencia la que no hace ser esclavos.
feliz semana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muchas gracias hermano por tus enseñanzas

Anónimo dijo...

qué razón tienes!!! qué bien expresas lo que sentimos y como llegamos a ello!!! muchas gracias
cadizsclavo/perroconcollar

Anónimo dijo...

este post me he dejado simplemente muda....

muy bueno.. saludos
vainilllaosumisa{}