lunes, 12 de diciembre de 2011

696 días de esclavitud, 2 de castidad

como ha comentado este perro en otras ocasiones, comenzó esta anotaciones para documentar su proceso de castidad. y gracias a estas entradas, se ha ido dando cuenta de una cosa. pasado un cierto tiempo, que coincide más o menos cuando la supuración de ese líquido más espeso después de orinar termina, el deseo se reduce. pero basta que se ordeñe una vez para que, en los días siguientes, esté caliente y desee volver a ordeñarse. es lo que me ha pasado hoy. casi no he podido pensar en otra cosa durante el día. quería ordeñarme, masturbarme, correrme. mi polla se hizo más presente que nunca. no llegó a convertirse en tentación, por lo cual no tuve que hacer frente a niguna circunstancia que pusiera en peligro las órdenes de mi Señor, pero si que fue un recordatorio constante de que tenía polla y de que se podía usar para algo. es como si el cuerpo se durmiera, o consiguieras dormirlo o dominarlo, pero bastara un ordeño, para que se despertara e intentara tomar de nuevo las riendas.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

No hay comentarios: