jueves, 24 de noviembre de 2011

reprogramación IV

el corazón me latía muy deprisa. ahora qu elo veía allí, así, de pie, la excitación se apoderaba de mi. además sentía una enorme vergüenza  de que me hubiera visto mientras lo perseguía. la mezcla de ambas sensaciones me hizo encoger los hombros y agachar la cabeza.
estaba a punto de irme cuando alcé los ojos para echar el último vistazo, como había hecho en el bar, y entonces volví a encontrarle mirándome fijamente. su cara era completamente inexpresivapero me llamaba y como un conejo hipnotizado por una serpiente empecé a caminar hacia él, como un zombi casi, sni pensar, sin ser consciente. no existía nada a mi alredero, salvo él. paso a paso me fuí acercando, sin apartar mis ojos de los suyos, hasta que estuve frente a él. entonces, lentamente, bajé la vista hasta sus botas y volví a alzar los ojos hasta mirarle.
inmediatamente supe lo que quería. mis piernas empezaron a temblar y se doblaron sin que yo se las ordenara, como si le obedecieran ya a él, no a mi. tocaron suelo, apoyé mis palmas a los lados y me incliné hasta que que miboca estuvo a unos pocos centímetros. y entonces empecé a lamer sus botas cno lengüetazos largos y prolongados. sentí el olor del cuero y el brillo por donde pasaba mi lengua. perdí la noción del tiempo. no quería estar en otros sitios, no quería hacer sino lamer las las botas de aquel tio. no quería hacer otra cosa.

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