junto con las palabras de las que hablaba ayer, tal vez la restricción más fuerte que lleve la esclavitud es la de movimientos, y no sólo se refiere este perro al bondage. mi Dueño sabe en cada momento donde está este perro, en qué lugar físico, pero además qué está haciendo. no tengo "libertad" para ir a donde quiera, debo pedir permiso para ir a tomar café, al cine, quedar con alguien..... mi tiempo ya no es mi tiempo, ya no me pertenece, pertenece a mi AMO. el hecho es que así es como deseo vivir porque no lo experimento como una limitación sino como una liberación, un liberación porque es una carga menos que asume este perro, y una carga más que toma mi Dueño. vivir en una mazmorra no es una condena para este esclavo, es su lugar natural, aquel donde se realizará plenamente su naturaleza, aquello para lo que nació. mientras tanto mi Dueño me propone que viva en una jaula mental, en una mazmorra en mi interior, donde las cosas externas no me influyan y de la cual sólo El tiene la llave. a ese trabajo me estoy dedicando, a esa tarea consagra sus energías este perro.
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