siempre he pensado, y sentido, que el cuero tiene algo visualmente especial, que capta mi atención. no importa tanto quien lo lleve cuanto que lo lleve. cuando mi AMO se lo pone es como si perdiera la razón. me gusta especialmente restregarme con sus piernas mientras El está de pie y su perro de rodillas. sentir su cuero rozando la mejilla, frio, oscuro, oleroso... es una sensación indescriptible. la sumisión, la obediencia, se concretan en el cuero de una manera especial.
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