ha sido uno de esos días en los que salgo a las siete de la mañana y vuelvo a las nueve de la noche. todo se fue sucediendo hasta que pude llegar a casa, una acción tras otra, una decisión tras otra, un posicionamiento tras otros. cada vez que este perro hace algo de esto, es menos perro, o al menos se aleja de la sensación de estar vivo que le produce someterse a la decisión de su AMO. como esclavo sumiso este perro sólo se siente realizado cuando otro, su Señor, toma la decisión. sólo en la obediencia todo adquiere sentido y, en días como el de hoy, da la sensación de que no ha vivido realmente, de que su existencia se diluye y se difumina.
al menos mi AMO está ahí, sabe de esta situación y me da los agarres necesarios para que no me hunda en la desesperanza y me mantenga a flote como un perro que chapotea en el agua para no hundirse.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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