cuando no se tiene, no se echa de menos, pero basta que se abra una puerta para que lo desees. eso me ha pasado hoy con la castidad. cuando llevaba 30 días sin orgasmo no me importaba, al contrario, mantenerse se había convertido en un estímulo. ahora que hace escasamente dos días que mi Dueño me mandó ordeñarme, parece que mis genitales han cobrado vida. menos mal que las actividades, el trabajo y los estudios, unido a un terrible calor que ha hecho durante toda la semana tienen a este perro agotado.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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