a un esclavo, igual que a los perror, hay que mantenerlos sujetos, bien sujetos, para evitar que se desvíen o trastoquen. cuanto más correa se le de, más margen hay para l acción y para que perdamos el norte. fijémonos en cuando se saca a pasear a los perros. con una correa corta el perro tiene que ir pegado a su Amo, junto a El, como si fuera su sombra. si el Amo gira, el perro también, si el Amo se para el perro también. de vez en cuando el Amo puede soltar correa y el perro empieza a ir de un lado a otro, oliendo aquí, probando allá, y en el caso de las correas extensibles, puede incluso tirar para tener más margen. entonces el Amo tiene que tirar y recoger. eso ocurre cuando el perro se ha alejado tanto que es difícil controlarlo y llevarlo hasta donde se quieres llevar. cada Amo debe ver la cantidad de correa que cada esclavo necesita en cada momento. a veces es conveniente soltar un poco y a veces es necesario llevarlo con la correa bien corta, en cualquier caso siempre de debe tenerlo bien sujeto porque si no hará lo que le apetezca y el grado de entrenamiento disminuirá. esta reflexión es necesaria y me la suscita esta foto. el bondage hace a menudo de correa, sujetando físicamente al esclavo y recordándole que también está, en el caso de este perro, sujeto mental y psicológicamente. echo de menos el bondage de mi Amo, mucho.
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