domingo, 25 de septiembre de 2011

FdD animalización

mi Amo me llama perro, su perro, y este esclavo se llama a sí mismo también de esa forma. esclavo parece ya no ser suficiente. la diferencia no proviene sencillamente de una combinación de palabras, sino de una certeza más profunda. los esclavos siguen siendo humanos, y por tanto mantienen cierta posibilidad de elección, rebelión, capacidad de autonomía, posibilidad de contestación. estos son elementos que van desapareciendo a medida que la sumisión va calando más profundamente y se van eliminando capas, sacando a la luz la verdadera naturaleza del sumiso. entonces surge algo más primario, más profundo, algo que estaba ahí, pero reprimido y oculto por años de educación y de ideas preconcebidas y equivocadas. el proceso de sumisión te lleva a conectar con el animal que somos y que llevamos dentro, un animal que hay que domar, pero que una vez controlado por el AMo se transforma en obediencia y sumisión ciegas. por eso mi corazón de esclavo se mueve cuando mi Dueño me llama perro, y cuando me trata como tal, porque El conoce lo que soy y me trata de esa forma. a eso lo llamo respeto. cuando un AMO coge a un esclavo y lo educa, lo castiga cuando se lo merece y lo premia cuando ha hecho algo bien, y de esa forma lo va entrenando para ser lo que realmente siempre quiso ser, entonces el AMO está mostrando un respeto radical por la naturaleza de su perro y por el orden de las cosas. ser un perro no es valer menos, no es una cuestión moral porque los Amos, y todos, deberíamos ser respetuosos con toda forma de vida, porque toda forma de vida es valiosa. es una cuestión de lugar, de lo que eres y lo que estás llamado a ser, de desarrollarte y completarte, de alcanzar la realización mediante el proceso interior de descubrimiento. si en algún momento de tu vida descubres que tu naturaleza es la de ser un perro sumiso obediente, sólo encontrarás la felicidad siéndolo. paradójicamente eso te colocará por encima de mucha gente que quieren ser algo que no son.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que lo de asimilar al esclavo con un perro me parece un rollo más bien de escena y, ya se sabe, la escena es eso, teatro. Si tienes un ADN de humano eres humano. (Punto).
A mí me parece más excitante considerar que existe la posibilidad de que los humanos se estratifiquen ellos mismos Y que los superiores puedan poseer a los inferiores. Hoy en día esa esclavitud ocurre de manera voluntaria y con un origen inicial de morbo sexual, como en otros tiempos fue por diversas razones: herencia, conquista, simplemente fuerza.

Anónimo dijo...

Relacionado con el comentario anterior ... ¿Pero qué ocurre cuando realmente llegas a comprender que lo que realmente te hace sentir bien es asimilarte a un perro, que cuándo sientes lo que eres es cuando el AMO te llama perro, cuando actúas como perro delante de ÉL, cuando anhelas ser siempre eso: el perro del AMO?

cadizsclavo/perroconcollar

PERRACALLEJERA.10 dijo...
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