viernes, 26 de agosto de 2011

FdD acciones perrunas


fisiológicamente un ser humano no puede comportarse permanentemente como un perro. su estructura corporal no se lo permite porque las manos no están preparadas para caminar, ni la columna vertebral para andar a cuatro patas. sin embargo el dog-trainning es una parte cada vez más importante del mundo bdsm. la razón principal es el efecto psicológico que lo provoca y que a la vez produce esta práctica.
por parte del sumiso surge la necesidad, cada vez más acuciante, de someterse hasta extremos subhumanos. esta necesidad surge de la conciencia, y de la vivencia, de que no es una persona como los demás. educado en los principios de igualdad, autonomía y autosuficiencia con los que no se identifica, la mayoría de los esclavos entran en crisis y empiezan a buscar otros principios que vayan más acordes con aquello que sienten y desean. cuando descubren la sumisión y la entrega de sus pretendido derechos, comienza un proceso de "despersonalización".
en relación al efecto que produce no hay duda de que el impulso original del sumiso se ve reforzado. se inicia entonces ese proceso de deshumanización que, poco a poco, retroalimenta al esclavo, haciéndolo cada vez más y más esclavo, cada vez menos persona. es una reeducación de la mente, de los princpios y de las creencias, de todo aquello que el esclavo ha aprendido a lo largo de su vida y que no siente como suyos y no necesita en su nueva existencia. algunos esclavos han constatado incluso su incapacidad para hablar cuando se encuentran en ese estado de sometimiento.
esto no significa que no puedan mantener su vida aparentemente "humana". un esclavo puede, laboralmente, dirigir una gran empresa con mano firme y luego llegar a casa y convertirse en el sumiso más profundo. de hecho abundan los esclavos entre los grandes ejecutivos, tal vez como una forma de compensar su vida cotidiana. sin embargo, cuando deja su trabajo, también deja ese role y vuelve a lo que realmente es: un esclavo sometido a las órdenes de su Amo. un humano no puede, fisiológicamente, comportarse como un perro permanentemente, pero un esclavo, cuando se le mantiene en ese estado regularmente, profundiza muy rápidamente en su sumisión y se le puede entrenar más fácil y rápidamente.

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