los días se suceden. hoy he vuelto a tener un día mortal en el trabajo, apagando fuego, tomando decisiones rápidas... toda una locura. inmerso en ella me olvido un poco de mi ser de esclavo, y eso me aleja de vivir tranquilo y calmado, porque cada vez es más consciente este perro de que, precisamente así, siendo un perro, es donde y cuando encuentra la felicidad, el equilibrio, la tranquilidad. el problema es que el horizonte no se presenta más halagüeño. mirando la agenda, el mes de junio es terriblemente duro, mortal, diría yo. muchas cosas pendientes y poco tiempo para hacerlas, pero sobre todo casi sin energías para hacerlas. temo volver a perderme un poco, algo que creo ocurrirá indefectiblemente en algún momento entre hoy y las próximas vacaciones. el único consuelo es que hay algo firme y estable, permanente, en la vida de este perro, su propia sumisión; y la certeza de que mi Dueño no me abandonará ni permitirá que me desvíe del camino emprendido. tengo su palabra y su palabra tiene rango de ley.
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