domingo, 29 de mayo de 2011

499 días de esclavitud

la tentación siempre está presente, por eso siempre hay que estar en guardia. hoy este perro volvió a tener la tentación de tomar las riendas y de sugerir a su Dueño un determinado comportamiento. iba a suplicarle que me permitiera comenzar un nuevo período de castidad como el último. pero entonces pensé que estaba volviendo a tomar decisiones, a desear algo, quería que mi Dueño hiciera lo que a mi me apetecía. es una forma de dominación encubierta. a menudo caemos en ella, olvidándonos que sólo estamos aquí para obedecer, no para que se cumplan, ni siquiera, nuestras fantasías. eso puede estar bien, y es necesario, en ciertos momentos de la esclavitud, especialmente en las etapas iniciales, pero llevar cadenas y collar al cuello significa estar pendiente de estas pequeñas trampas del ego.
afortunadamente me di cuenta y este perro puso remedio, se contuvo y se sometió. ¿puede uno pasarse de sumisión, de forma que realmente no se esté sometiendo? por supuesto. eso ocurre en circunstancias como esta. en los primeros días de este perro buceando en internet ya se encontró con un concepto, los "wannabes", esclavos que afirman serlo, y que tal vez deseen serlo, pero que nunca abandonan el control de la relación, siguen, mediante diferentes artilugios psicológicos controlando, de forma que siempre se hace lo que ellos quieren.
por la noche me llamaron unos amigos y quedamos en el yumbo, en el sur. fui sólo a tomar algo, a dar una vuelta, no iba en plan de marcha mortal ni nada por el estilo. tampoco pensé que hubiera nadie, la verdad, pero bueno, algo había. sólo vi de cuero un tio con chaleco y el portero del bunquer, por supuesto. aún no he entrado ahí, y se presenta como el bar más lederón del yumbo. la verdad es que no sé por qué. en el último orgullo, hace apenas quince días, aún estaba en castidad, así que hubiera sido jugar con fuego, pero hoy podría haber entrado y sin embargo no lo hice. vivir aquí, cerca de este lugar de ocio gay es realmente un lujo, sobre todo porque también hay locales donde uno puede ir, y sobre todo encontrar, tíos vestidos de cuero, fetichistas de las botas y del latex. si, a este perro le gusta vivir aquí, salvo por el hecho que su Dueño está en madrid. eso hace que, aunque le guste vivir aquí, el único sitio donde desea estar este esclavo es a los pies de su Dueño.

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