este fetiche no es algo nuevo. el gusto por el cuero y las camisas de fuerza tienen una tradición en el mundo bdsm. esto es importante, porque no vivimos aisladamente, ni somos unos locos que se nos ocurre algo excepcional, estamos insertos en una tradición donde cientos de hombres y mujeres, Amos y esclavos, Dominantes y sumisos, han intentado vivir sinceramente sus deseos y su naturaleza más profunda. muchos otros se han quedado por el camino o lo han intentado sin éxito. muchos más han intentado huir de lo que deseaban y sentían pensando que era malo, dañino o pecaminoso. otros, sin embargo, lo consiguieron, con esfuerzo y sacrificio. nos mostraron un camino a seguir, una senda que recorrer y unas pautas que señalan el recorrido. a ellos, sobre todo a ellos, nos debemos, y por ellos, habría que seguir adelante.
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