lunes, 7 de marzo de 2011

cartas desde la mazmorra 9

el título de esta serie de escritos sólo es figurado, es una metáfora ¿o no?. físicamente no escribo desde una mazmorra, desde luego. no vivo en una cárcel subterránea ni escribo desde ahí, recurriendo a algún carcelero para que haga salir las misivas a escondidas.

tampoco mi puerta es de hierro, con una reja que deje ver el interior ni es húmeda y oscura. sin embargo esta semana pasada pasó algo que me hizo cuestionar si realmente no vivo encerrado con barrotes invisibles.
hace unos días hice algo que a mi AMO le disgustó, por lo que merecí un castigo. El se planteó varias posibilidades, entre las que estaba cambiar las contraseñas del blog, del correo, de mi acceso a internet. mi dependencia de la red se ha dio incrementando en los últimos años de manera exponencial. gracias a ella puedo comunicarme con ustedes, publicar, enviar emails.... hoy por hoy es mi principal vehículo de comunicación, sin ella quedaría prácticamente aislado.

mi AMO tiene todas las contraseñas de internet. tiene acceso a mis correos laborales, personales, puede modificar mi agenda y acceder a mi ordenador si lo desea. en un silogismo básico de lógica: si dependo de internet y mi AMO controla mi acceso a internet, dependo de mi AMO. cortar ese acceso equivaldría a cerrar la puerta de la mazmorra con llave.

no es únicamente internet. aparentemente soy un ser plenamente funcional, que se mueve y maneja por su cuenta, autónomo e independiente. al menos eso es lo que ve todo el mundo. sin embargo no tengo control sobre mi cuerpo. El decide que no puedo tocarme o que debo hacerlo, si debo sentir placer o no, si debo hacerlo en silencio controlando mis sentidos o dejarme llevar por ellos. sus órdenes equivalen a fuertes cadenas que me aprisionan, algo que refuerza mi prisión en la mazmorra.

y luego están las cuatro paredes: las relaciones, las opiniones, el pensamiento... los sentidos. El controla a quien veo y con quien hablo. tengo que pedirle permiso para poder quedar y tomar café, por ejemplo. mantengo cierto margen de maniobra debido a la distancia, pero tengo que informar inmediatamente de cualquier cambio en los planes.

ese es un muro de la mazmorra, el otro lo conforman el control de las opiniones y el pensamiento. este esclavo es consciente de que parece excesivo, pero es así. mi AMO desea controlar estas dos dimensiones: mis opiniones, mis pensamientos. es un trabajo costoso, pero ya ha empezado, lo noto, noto como me va conformando, eliminando cualquier tipo de resistencia hasta que no pueda tener ninguno.

las paredes de la mazmorra se terminan con los sentidos, la propia visión de la realidad, qué puedo, debo, quiero hacer... nada de eso debe depender de mi, El toma las decisiones.

aparentemente soy una persona autónoma y funcional, pero solo es aparentemente, porque no escribo desde una mazmorra ¿o si?

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