las ataduras de cuero son fuertes, las de metal son aún mayores, pero sin duda las ataduras mentales son las más fuertes. en la distancia que nos separa mi AMO es la que más emplea, pero además últimamente experimento que las físicas no son sino una forma de provocar las mentales. lo que está atado no son los tobillos ni las muñecas, interiormente lo que se ata es la voluntad, el deseo. cuando te atan físicamente lo que excita no es tanto la sensación de las esposas o las cuerdas, sino la sensación de indefensión, el hecho de depender de otro, de no poder ejercer la volutad, aunque quisieras. atar la voluntad es eso, pero sin necesidad de ataduras físicas.
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