a mi AMO le gusta amordazarme, dice que así es como debo estar y como estaré la mayor parte de mi tiempo como esclavo. el motivo es sencillo y evidente. mi palabra debe desaparecer para que sólo exista la suya. la palabra es el vehículo de la opinión y del pensamiento y eso también tiene que estar sometido a su Amo en un esclavo. esta imagen me evoca esa promesa, esa orden, esa idea, esa característica de mi esclavitud. cada Amo establece unas condiciones para sus esclavos, unas normas que debe seguir y que deben configurar su vida y su existencia. llamamos entrenamiento al proceso por el cual el esclavo interioriza esas normas y las hace suyas, poniéndolas en práctica. durante ese entrenamiento no sólo se aprenden normas, sino soportar castigos, humillaciones... el dolor... todo aquello que convierte a un esclavo en un digno servidor de su Señor.
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