para un esclavo ninguna parte de su cuerpo es suya, nada le pertenece, todo se somete. por su parte un Amo toma posesión de lo que es suyo sin contemplaciones, sin temor, sin dudas, aceptando que lo que se le ha dado es ya, defintivamente, de su propiedad. el problema de muchos Amos es que siguen con ciertas ideas preconcebidas, cuando lo que un esclavo desea realmente es eso, que lo usen y lo traten como lo que es.
mi AMO ha comenzado conmigo un proceso que va más allá de eso. EL va eliminando de mi comportamiento aquello que es un resto de mi vida como ser libre. lo último ha sido que cuando me ordelle no me está permitido manifestar placer: ni gemidos, ni gestos de satisfacción, nada. de esta forma, poco a poco, con pequeñas órdenes que producen grandes transformaciones, me va subyugando, sometiendo, introduciéndome en una dinámica de objetivización, de irme convirtiendo en un objeto, en un objeto de su propiedad.
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