una buena combinación, un dispositivo de castidad, en este caso unos pantalones cortos con candados, y un rabo insertado en el ano como recuerdo de su ser animal. y de fondo la jaula que encierra al perro. no le veo la cara, pero tampoco quiero vérsela. no es necesario. con estos tres elementos ya nos podemos hacer una idea de cómo es su vida, una vida que envidio por otro lado.
mi AMO ejerce un control sobre mi sexualidad, de forma que me ordena ordeñarme tres días por semana, pero eso tiene otra lectura, puede que no me permita ordeñarme ya más. castidad absoluta. ¿lo soportaría? si ¿me costaría? horrores. sería un sufrimiento permanente porque me desahoga, me tranquiliza hacerlo, salvo cuando es una imposición, por cierto. me ha resultado muy costoso acostumbrarme a este régimen de ordeñamientos, casí le he perdido el gusto, porque hacerlo por obligación no es lo mismo que hacerlo cuando te apetece. es irónico "cuando te apetece". ya ni siquiera tengo control sobre eso. noto como poco a poco me va quitando, o va tomando sería más correcto, las riendas de cosas aparentemente insignificantes, pero que van limitando mi campo de acción hasta extremos que no imaginaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario