aquel cliente merecía una atención especial. no todos los días entraba un vaquero así para comprarse unas botas. le asesoró hasta llegar a unas negras, de punta metálica. cuando se las probó no pudo evitar arrodillarse y limpiarle con un pañuelo una supuesta mancha en una de ellas. sin levantarse vió que el bulto de la entrepierna del vaquero había aumentado considerablemente. supo que sería un gran día.
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