una humillación tras otra, una sucesión de sumisiones, capas de esclavitud una tras otra: primero la postura, de rodillas, con los brazos a los lados, esposas de cuero en las muñecas, cadena al cuello, capucha en la cabeza, privándole de identidad. Además de eso y por si fuera poco, una Amo encuerado pone sus botas en los testículos del esclavo. por último lame la otra bota del Amo. ¿quién podría pedir más? en este caso los objetos ayudan a esa superposición de humillaciones, de forma que el esclavo se convierte en nada. a veces se consigue sin objetos materiales, sino con comportamientos, actitudes, rituales cotidianos que van superponiéndose. este es el sentido de, por ejemplo, el control de castidad o la obligación de arrodillarse cada vez que se está en presencia del Amo, o no usar determinados muebles. sea bien con objetos o con actitudes, el hecho es que el esclavo sea sometido y conducido hasta su auténtica naturaleza.
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