mi anterior AMO me definió como esclavo. consideraba que llamarme o auto-llamarme perro era demasiado degradante. sin embargo, en este tiempo de soledad y reflexión, estoy recuperando mi identidad de perro. como he comentado otras veces, un perro es algo inferior a un esclavo, porque éste mantiene su humanidad, aunque sea propiedad de otro. el perro ofrece obediencia, fidelidad, sumisión y puede ser entrenado de forma que no emplee su voluntad, sino que responda instintivamente a las indicaciones de su amo. por eso creo que ese apelativo se corresponde más con el ideal de control que capta mi atención.
de igual forma no hay nada que me haga centrarme en la sumisión y que entre en el subspace que el hecho de ponerme un collar, de perro preferiblemente. es algo casi automático... y me encanta que así sea. supongo que ahora me toca desarrollar esta dimensión, regodearme en ella y potenciarla lo más posible. se trata de estar preparado para lo que pueda ocurrir. y si no ocurre al menos seré fiel a lo que pienso y deseo.
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