viernes, 4 de septiembre de 2009

minirelato XLIV

siempre había conseguido escapar, pero esta vez lo tenía difícil. con los brazos cruzados por delante, las correas alrededor de sus muslos y el collar cerrando su cuello, las posibiliddades se reducían. cuando su amo tiró de la correa y ajustó la hebilla, la camisa de fuerza quedó muy apretada. entonces abandonó toda esperanza.

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