miércoles, 10 de junio de 2009

bdsm y violencia

en una relación D/s existe cierto grado de violencia. ¿está justificada su uno? la primera cuestión que me surge es dónde, en nuestra sociedad, no hay cierto grado de violencia. los policías van por la calle con pistola, cargada, supongo; los profesores sistemáticamente condicionan a sus alumnos aunque argumentan la educación libre; como cojas el coche estás a merced de una multa, que no deja de ser otro acto de violencia, y todo esto sin nombrar las relaciones cotidianas entre compañeros trepas, empleados de banca estafadores, compañías de telefonía, luz, agua que intentan sacarte los ojos. ¿acaso no vivimos en un mundo violento? sin embargo yo defiendo cierto grado de violencia en el mundo bdsm, no sólo porque para nosotros la violencia, y no estoy hablando solo de golpes o castigos, sino de humillaciones, vejaciones, insultos, etc.; es un camino de realización. me explico. platón ya decía que la gente vivía en una gruta donde sólo podían conocer el reflejo de la realidad, que la auténtica realidad estaba fuera de la gruta y que había que sacar a la gente de la oscuridad hacia la luz. independientemente de que esté de acuerdo con el dualismo o no, este mito de platón siempre me ha llamado la atención porque he vivido la experiencia de lo que nos cuesta aprender, de lo que cuesta saber cómo son las cosas y de lo mucho que nos empeñamos en limitar nuestro mundo a algo que conocemos apenas y que no queremos que nos cambien. el bdsm y en concreto una relación D/s es un camino de conocimiento y de experimentación en la que uno guía a otro, pero en la que los dos, o más, aprenden. es como el niño que teme echarse a la piscina. si nunca lo hace jamás podrá aprender a nadar, y a veces es necesario que alguien le dé un empujón, que no deja de ser un acto violento. lo que diferencia un azote o una bofetada.... o una orden que te cuesta el alma obedecer, de tu amo y una multa de la policía, es que el amo lo hace para que te desarrolles como esclavo, para que lleves tu potencialidad a las cotas más altas. lo otro es represión sin sentido pura y dura. el amo sabe, y el esclavo también, que sólo así podrá llegar a donde tiene que llegar, aunque no pueda hacerlo por sí mismo. en el fondo es donde desea con toda su alma llegar, aunque ni él mismo lo sepa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto, como todo lo que escribes, tiene mucho sentido. Me identifico con tus ideas y sigo con interés tu blog.

Unknown dijo...

la violencia..siempre sera un morboso aditivo....



besos

Zarender dijo...

Yo también me adhiero al contenido del artículo, vivimos en un mundo en el que la violencia modula las relaciones, esta presente y nos otorga a cada uno nuestro sitio. No veo por qué en el BDSM iba a darse una excepción. Felicidades además por el contenido del blog

otro más dijo...

A ver, son cosas distintas: la violencia del policía, o sea del Estado, es impuesta aunque necesaria ya que representa el orden social sin el que sin duda alguna perecerías en poco tiempo. La violencia del sm sólo tiene razón si es consentida, exactamente igual a la que se somete un boxeador al entrar en un ring. En este caso lo difícil es discernir hasta cuándo y cómo se extiende ese consentimiento, el esclavo también debe tener su oportunidad de tirar la toalla, pero cada vez que lo haga pierde parte de su credibilidad como tal.