minirelato XXXI
sintió un golpe cálido al final de su garganta. se extendió un sabor ácido. tragó y tragó. su único pensamiento era no perder una gota.cuando el amo sacó la polla de su boca lo único que pudo hacer fue limpiar los restos con su lengua.
1 comentario:
un regalo, la leche de Tu Señor...
me encantan tus minirelatos...
Señor de Encueros, gracias por publicarme....
Un beso para los dos...
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