domingo, 1 de marzo de 2009

minirelato XXXI

sintió un golpe cálido al final de su garganta. se extendió un sabor ácido. tragó y tragó. su único pensamiento era no perder una gota.cuando el amo sacó la polla de su boca lo único que pudo hacer fue limpiar los restos con su lengua.

1 comentario:

Unknown dijo...

un regalo, la leche de Tu Señor...


me encantan tus minirelatos...


Señor de Encueros, gracias por publicarme....



Un beso para los dos...