viernes, 23 de enero de 2009

minirelato XXVI

sólo había ido a disfrutar de un polvo rápido en la sauna. no debió fiarse de aquel tio de cuero. ahora estaba en una cabina con las extremidades atadas a las patas de la camilla y su culo expuesto. el se había ido. sintió vergüenza, sobre todo por la polla a punto de estallar. entonces le entró pánico y solo pudo decir una cosa: “¡help!”

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