viernes, 16 de enero de 2009

minirelato XXV

sólo veía la lucecita roja de la cámara. no podía decir quién era ni donde estaba. la mordaza se lo impedía. tampoco podía apagarla, no se podía mover. las descargas eléctricas le producían espasmos y gruñidos hasta que no pudo más. la corrida llegó muy lejos mientras gritaba gimiendo. de pronto sintió vergüenza, sin duda sería un éxito en internet.

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