lunes, 14 de julio de 2008

a vueltas con la sumisión

a veces me sorprendo pensando que las fotos más simples son las más significativas. en este caso toda ella me habla, me dice cosas, me evoca situaciones. el collar, la correa, la mordaza, el cuero, las manos a la espalda, el estar de rodillas. todo el conjunto me dice de lo que este hombre quiere ser, de lo que es: un esclavo, un perro, un sumiso. ha cedido su poder a un amo, al que tiene la capacidad de desatarlo, porque lo ató primero, o de quitarle la mordaza, algo que él por sí solo no puede hacer. no tiene autonomía, es dependendiente porque depende de otro para ser libre. si, en esta foto están concentradas muchas cosas.
esta foto es lo mismo que arriba, pero en movimiento, en acción, cuando la sumisión se pone en marcha para producir placer al amo y a aquel a quien el amo se lo quiera producir. al perro esclavo solo le queda someterse y esmerarse para que el amo pase un buen rato. no basta con ser un ente pasivo. debe movilizar todas sus capacidades para satisfacer a sus señor.



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