jueves, 15 de noviembre de 2007

moteros bdsm

el orden de los factores no altera el producto, dice una máxima matemática. en este caso si... pero ¿por qué tenemos que verlo todo con un orden? ¿por qué todo tiene que tener un principio, un desenlace y una conclusión? ¿odiamos tal vez los finales abiertos? ¿o no soportamos que los finales sean principios? yo quiero hoy hacerlos todo al revés, comenzar por el final y terminar por el principio porque se me antoja que tal vez las cosas son más circulares, más erráticas, menos ordenadas de lo que pensamos. y así el esclavo lamiendo que no lame, porque tiene el casco, pero sometido al fin y al cabo puede ser el principio de una sesión.
o tal vez no. porque luego le esposan, porque tras lamer las botas ha descubierto que solo quiere servir a su Señor y estar a sus pies.... o tal vez se está ofreciendo sin resistencia para que hagan con él lo que quieran, o sencillamente se somete... se somete... me encanta esta palabra. si, me quedo con que se somete a su amo, motero él, cuerero él, botero él.
y el principio es el final, o todo vuelve a empezar. otro ha entrado en escena, y entre los dos cogen a un despistado motorista que pasaba por allí, o sencillamente es el marido del AMO que ha venido a disfrutar de su nuevo esclavo que ya está sometido, o es un extraño que pasaba por allí y que se ha añadido a la fiesta..... las cosas pueden ser lo que parecen o no. las cosas pueden no ser lo que parecen. las cosas pueden, sencillamente, no ser.

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