lunes, 8 de octubre de 2007

Plenamente AMO, plenamente esclavo II

nos adentramos en las dunas después de saltar la pequeña valla que hay allí. en el puente había dos personas que nos miraron al pasar. yo guardaba escrupulosamente la distancia de respeto, aquella en la cual queda claro que el de atrás es el sumiso que sigue a su AMO. además de la distancia mantenía una postura de sumisión, con la cabeza agachada y la vista puesta en las botas de mi AMO. la noche estaba espléndida porque no hacía ni frío ni calor. se veía los suficiente pero no había una luna excesivamente brillante. paseamos un rato por allí y yo me asusté un poco cuando perdimos de vista la carretera. EL me lo notó y me preguntó al respecto. le contesté que aquello me imponía: la falta de luz, los matorrales, lo solitario del lugar... le dije que me recordaba aquella sesión en tenerife cuando me llevó a un monte y me tapó los ojos allí haciéndome creer que me había dejado solo. sé que aquello le gustó porque le gusta asustarme.
había alguien más allí. nos cruzamos con él dos veces pero yo no lo miré, centrándome en mi AMO. de pronto llegamos a un sitio donde había una losa de cemento. me cogió por el cuello y me sentó allí, entonces se abrió la cremallera y volvió a sacarse la polla. y yo, por supuesto, se la comí larga y profundamente, hasta el fondo, produciéndome arcadas algunas veces que soportaba estoicamente. sólo quería darle placer, hacerle sentir bien. de vez en cuando ponía mis manos sobre sus botas, o sujetaba sus rodillas para sentirme más unido a EL. así estuvimos un buen rato. volvió a pasar lo del cruise: primero rápido, luego lento, profundo, superficial y vuelta a empezar. notaba como su polla dura entraba en mi boca y la recorría con mis labios y mi lengua. en un momento dado volvió a sacar el poppers, me lo ofreció para que aspirase y me dijo:
-¡lento!.
y obedecí. como otras veces aquello fue un tormento para mi. autocontrolarme cuando he tomado poppers es algo muy duro: una tortura que EL aprovecha cada vez que puede, y yo estoy orgulloso de sufrir. notaba su respiración profunda, sus gemidos....
de pronto vi alguien a nuestro lado que se acercaba. yo seguí comiendo la polla de mi AMO, dejando ese tema en sus manos. el hombre se iba acercando cada vez más hasta que lo noté muy cerca. lo quité de mi mente centrándome en mi AMO y en su placer. comía y comía como pocas veces lo he hecho. quería que estuviese orgulloso de mi, pero sobre todo que sintiera placer.
entonces me paré y casi sin mirarlo me levanté. saqué de mi bolsillo trasero un pañuelo gris que siempre suelo llevar. estaba doblado. lo abrí y se lo di. me di la vuelta y crucé las manos a la espalda. EL no tardón nada en atármelas y entonces me dio la vuelta, me puso de rodillas y me metió su polla en la boca. entonces ya no se la comía yo, sino que me follaba ÉL, al menos así lo viví yo, me sentía plenamente integrado y equilibrado. aquel era mi sitio. estaba en paz conmigo y con el mundo. todo desapareció.
no sé cuanto tiempo pasó pero de pronto, como suele hacer estas cosas, paró. me ayudó a levantarme y me desató. miré con orgullo el pañuelo arrugado. lo doblé cuidadosamente y me lo metí en el bolsillo trasero, donde lo llevo todos los días. comenzó a caminar y le seguí. no había rastro del hombre y fuimos hacia la salida. cerca de ella había un banco. nos sentamos y comenzamos a hablar sobre fantasías y yo le dije que a veces fantaseaba con vivir encadenado. aquello le gustó, o al menos eso me pareció. desde luego cada vez veo más claro que es un AMO en toda regla, y que no tendría ningún reparo ni pudor en tener un esclavo 24/7 y usarlo a su antojo. aunque parezca lo contrario, esto no es tan común como se piensa.
regresábamos al coche cuando de pronto se para y pone la pierna sobre un quitamiedo y dice:
-Si, definitivamente hiciste un buen trabajo limpiándolas.
yo miraba aquella bota, con el pantalón levantado lo justo para ver parte, brillando en la noche y su pierna flexionada. lo miré sin saber qué hacer o qué quería que hiciera, si lanzarme a limpiárselas o quedarme quieto sufriendo. hice un amago de acercarme pero me paró. venía alguien. la verdad es que no me hubiera importado nada lamérsela allí mismo estuviera quien estuviera.
en unos pocos pasos llegamos al coche y justo cerramos la puerta cuando pasó un coche de policía que dio una vuelta y se marchó. entonces volvió a cogerme por el cuello y me metió la cabeza en la entrepierna. yo mismo saqué la polla del pantalón ý me la metí en la boca. no sé si fue por la postura, por el ejercicio hecho, por la estimulación recibida o por qué. el hecho es que sus gemidos fueron casi inmediatos y en aumento de forma espectacular. en unos segundos rozaba la frontera entre el gemido y el grito mitigado. y entonces me apartó rápidamente la cabeza justo para ver cómo se corría. me fijé en su cara de gusto y me sentí feliz de haberle producido ese placer. rápidamente se limpió y salimos de allí. fuimos a comer algo y luego nos separamos de nuevo, hasta la próxima vez.

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