martes, 3 de julio de 2007

En la moto de mi Amo XIII

cuando desperté estaba desorientado. me dolía la cabeza y cuando intenté moverme no pude. tenía las manos atadas, y lo pies también y cuando la sensibilidad volvió a mi cara sentí una presión y un calor. inmediatamente comprendí que me habían puesto una capucha de cuero. me di cuenta por el olor. aquello me impedía ver nada y, como comprendí enseguida, tampoco me permití hablar, porque me habían introducido algo en la reseca garganta que me impedía emitir cualquier sonido coherente. tensé los músculos ligeramente para comprobar lo fuerte que estaban las ataduras y pude comprobar que estaban hechas a conciencia. mi movilidad era prácticamente total y a lo más que podía aspirar era tensar los músculos porque ni siquiera podía los dedos. estaban metidos como en una especie de bolsas que me obligaban a mantenerlos cerrados. lo siguiente que sentí fueron las correas alrededor de las rodillas y los brazos. si, sin duda aquello era trabajo de un profesional. al principio me inundó el pánico. intenté liberarme, hablar, gritar, moverme, pero sólo conseguí pequeños movimientos y ruidos casi inaudibles. algo me mantenía sujeto al suelo por los tobillos y el cuello. supuse que unas argollas me mantendrían fijado allí. las manos estaban a la espalda y me imaginé a mi mismo visto desde fuera. estaba cubierto de cuero desde los pies a la cabeza. un observador no vería otra cosa sino cuero. no quedaba expuesto ni un solo centímetro de mi piel. aquello me excitó. respiré profundamente y comprobé que lo hacía sin dificultad. intentó oír algo pero me fue imposible. había un silencio absoluto y una oscuridad absolutas. inmediatamente comprendí que también mi sentido del tacto estaba disminuido. sin piel al aire me costaría sentir algo a menos que fuera una presión mediana. estaba completamente aislado del mundo exterior.
no sabía cuánto tiempo llevaba así, ni cuanto estuve. no tenía ninguna referencia ni espacial ni temporal. después de un rato intentando inútilmente moverme, solo me quedó esperar en la posición más cómoda posible, algo bastante difícil. de pronto un fuerte olor llegó a mi nariz. era penetrante y recordé cuando me taparon la cara con un paño al salir de la discoteca, querían dormirme otra vez. luché pero fue inútil. me desmayé.
cuando volví en mi la boca parecía un desierto áspero y duro, y la garganta me ardía al intentar tragar. en muy poco tiempo me di cuenta de que todo seguía en su lugar: la capucha, los puños, etc. yo seguía atado a los lados y unido a una superficie dura por el cuello, la muñeca y los tobillos. deduje que la primera vez que me desperté estaban transportándome a algún lugar y que ya habíamos llegado. unos pocos intentos fueron suficientes para darme cuenta de que no podría soltarme. poco a poco fui recuperando mis sentidos, que pronto estuvieron completamente en alerta, aunque no podía percibir nada. intenté relajarme usando la respiración, y buscar alguna posible explicación. desde luego lo que esperaba se había cumplido con creces, la Comunidad había hecho un trabajo pero yo esperaba ver a mi Amo y tirarme a sus pies para servirle y que El me estrenara. a lo mejor eso ocurría más adelante, solo habían pasado....¿cuánto tiempo?. podían haber sido horas, o días, no lo sabía. estaba completamente desorientado. en cualquier caso solo tenía que esperar y mi Amo se haría cargo de mi, comenzaría esa nueva vida que había aceptado en aquel sótano frente a aquellos hombres. con estos pensamientos me relajé y entré poco a poco en esa situación extraña, de duermevela donde los diferentes sueños se sucedieron confundiéndose con la realidad. el tiempo pasó y yo cada vez más fui perdiendo el sentido del mismo.
en una ocasión en que me desperté noté cómo introducían algo por la mordaza mientras alguien me sujetaba la barbilla. noté como la boca se llenaba con una especie de papilla líquida y tragué, sobre todo para evitar asfixiarme. cuando el líquido dejó de entrar, me soltaron la barbilla e intenté decir algo peor no pude, seguía con la mordaza puesta. no comprendía cómo habían conseguido alimentarme sin quitarme la mordaza. supuse, por la forma de la polla de plástico, que tendría un conducto en su interior, como si fuera de verdad, y por allí habían introducido el líquido. intenté palpar el final de la mordaza pero la lengua estaba bien sujeta por la propia mordaza. lo curioso fue que durante todo el proceso no oí ni un solo ruido.
me alimentaron otras dos veces antes de que me entraran ganas de ir al baño. primero fue la vejiga y luego los intestinos. tenía unas ganas enormes de ir pero no podía moverme. comencé a agitarme y a emitir sonidos por si alguien podía verme u oirme y me dejaba ir o hacían algo. no pasó nada durante un tiempo ¿una hora? ¿dos? no sé. estaba desesperado. no podía hacérmelo encima, eso no, pero tenía que ir o explotaría, cada vez intentaba gritar más fuerte y cada vez que me venía un retortijón mordía la mordaza para poder controlar y evitar cagarme encima. las ganas de orinar eran aún peores porque eran permanentes y la posición en la que estaba no ayudaba en absoluto para poder aguantar. el tiempo siguió pasando lentamente, muy lentamente. pensé que iba a reventar y entonces sentí una mano que masajeaba mi polla que respondió poniéndose dura. ¡No -pensé- eso no!, pero mi miembro no me escuchaba y se fue poniendo cada vez más grande. yo me aguantaba y gemía suplicando que me soltaran pero sólo sentía la mano que se encargaba de que mi polla no decayera en ningún momento. entonces comencé a llorar de impotencia.
(continuará)
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1 comentario:

AMANDA dijo...

Veo que tenemos varias cosas en comun. Una de Ellas el BDSM. NO se como llegue aqui pero me alegro de haberlo hecho. Felicitaciones por tu espacio.