quedamos, como otras veces, en el campus de guajara. estaba espectacular: pantalón vaquero, camisa azul de manga larga y botas, las botas que había lamido en el bar de las palmas, medio de vestir pero altas, repujadas, increíblemente buenas. llegué muy nervioso, estaba algo exaltado pero en cuanto lo vía me sometí, sentí como mi ser sumiso tomaba las riendas. cogimos el coche y fuimos hacia el norte, al Puerto de la Cruz. por el camino estuvimos hablando, sobre el día que había tenido y de algo que quedaba pendiente y que yo no había llegado a saber concretar. mantuvo el misterio hasta que llegamos a una carretera secundario. allí me recordó lo del bosque, cuando tuve que lamer sus zapatos y me rebelé interiormente. me sujetó el cuello y me hizo agachar la cabeza mientras lo hacía. como otras veces aquello no era un mero gesto físico, era una forma de someterme, de mantener su autoridad, y así lo viví. además me sentía avergonzado por mi falta. como gesto final me dio una palmada fuerte en la cabeza. con algo tan simple consiguió su objetivo, me sometería. la vergüenza perduró un tiempo mientras tomábamos un café con tarta en una cafetería con vistas al puerto de la cruz. al salir fuimos a un centro comercial a buscar algunas cosas: pasta de dientes y desodorante. estas prohibiciones de viajar con líquidos crean algunas molestias. me mostré sumiso, siempre a unos pasos de El. me pregunto si alguien que nos viera podría imaginar el tipo de relación que mantenemos. supongo que alguien con los códigos adecuados podría. salimos de allí y fuimos al hotel. los suelos de madera siempre me parecieron un impedimento pero pronto me olvidé de ellos porque nada más cerrar la puerta me arrodillé, lamí sus botas y me quedé con la frente tocando el suelo delante suya. me dejó unos segundos allí disfrutando de mi sometimiento. entonces fue hacia el baño y me llamó. yo fui a cuatro patas y me puse a su lado. me ordenó desnudarme y en pocos segundos no tenía ninguna ropa puesta. me agarró por el cuello y me llevó al retrete y me puso allí. luego se abrió la cremallera y comencé a notar cómo caía su orina en mi cabeza. estaba caliente y era muy fuerte. las gotas caían por mi cara hasta el water. alguna se escapaba por mi pecho y espalda y notaba como iban recorriéndola. cuando terminó me dejó allí, mirando los restos que estaban en la vasija, a cuatro patas, sintiendo como su orina me empapaba. se sentó en la ducha y me mostró las botas, que comencé a recorrer con la lengua. inevitablemente algunas gotas cayeron de mi pelo sobre ellas así que al sabor propio del cuero de las botas se mezcló el de la orina de mi Amo. estuve lamiendo las dos botas un buen rato. luego salimos de la habitación y se desnudó. me colocó de rodillas mirando a la pared mientras El se duchaba. cuando terminó me llamó. fui y estaba fuera desnudo.
-¡Sécame!-ordenó.
y así lo hice, recorrí su cuerpo con la toalla y cuando iba a llegar a los genitales le miré pidiendo permiso. El asintió con la cabeza y se los sequé. noté como se endurecía su polla y no pude resistirme, me arrodille y se la sequé con mi boca metiéndomela hasta el fondo. su cuerpo me dijo que aquello le agradaba. salió a la habitación y se tumbó boca arriba en la cama.
-Dame placer. Hazme disfrutar- dijo mientras ponía los brazos tras la cabeza.
aquello me sorprendió, sobre todo porque me obligaba a tomar la iniciativa. sus deseos, sean cuales fueran, son órdenes para mi así que comencé lamiéndole los pies, muy suavemente, casi rozándolos con la mano primero y con la lengua después. luego me fui metiendo los dedos, uno a uno, en la boca. todos mis movimientos estaban condicionados por la respuesta corporal, si era buena seguía, si no paraba inmediatamente y buscaba otra cosa. lo siguiente fue besarle ligeramente todas y cada una de las partes de su cuerpo. la sumisión no consiste en estar atado solamente. en aquel momento estaba completamente sometido a El, buscando únicamente su placer. pronto llegué a sus pezones. había evitado conscientemente su polla y sus huevos. esos son siempre el plato fuerte, por ser los más sensibles, y hay que dejarlos para el final. el cuello se mostró un lugar especialmente interesante. cuando lo lamí ligeramente, se le escaparon algunos gemidos de placer, algo que aproveché aumentando la intensidad. con la lengua recorrí el pecho y a medida que me acercaba a al ombligo notaba como su polla se iba endureciendo. un recorrido por los huevos aumentó la dureza. no quería mirarle a la cara, sólo quería obedecerle, sólo quería darle placer. tras un pequeño rodeo, por fin ataqué su polla y se la comí con intensidad. a partir de aquel momento el resto del cuerpo se volvió secundario porque los genitales son unan de las mayores fuentes del placer. se la comí bastante tiempo a diferente ritmo y con diferente profundidad. hasta cuatro veces tuve que salir corriendo al baño porque me inundaban las arcadas y casi echo lo que tenía en el estómago. dos veces me hizo tomar poppers y por dos veces me sentí completamente fuera de mi. el efecto es casi inmediato, me descontrolo y tiene que sujetarme para evitar que me ahogue con su polla. todo estaba siendo muy intenso, demasiado y aún no había aparecido ni el cuero, ni las ataduras, ni ningún elemento fetiche, salvo la dominación psicológica.
-Coge la mochila y saca todo lo que hay en ella-dijo señalando la bolsa en la que tenía todo su material.
fui sacándolo poco a poco: guantes, pantalones, suspensorio, capucha, camisa de cuero, esposas, condones, lubricante,y algunas cosas más.
-Elige lo que te apetece y pónmelo.
aquello me sorprendió y me quedé mirándole unos segundos. la imaginación se me desbordó pero sabía que había cosas que, aunque las imaginara, no podía hacerlas, o no quería hacerlas, o no debía hacerlas.
-He dicho lo que quieras-dijo El intuyendo mis dudas.
cogí unos suspensorios y se los puse. El seguía acostado así que me costó un poco. luego vinieron los pantalones y al final la camisa.
-Recuerda, lo que quieras-sentenció.
y entonces le puse la capucha con los ojos cerrados pero la boca abierta. comencé a recorrer de nuevo su cuerpo, empezando por los pies, la única parte, con los brazos, que no estaba cubierta por el cuero. al llegar al pecho después de un rato de estar oliendo el cuero, le fui desabrochando la camisa y lamí sus pezones. nuevamente atento a su expresión no verbal, su cuerpo me iba dando señales de placer. su polla seguí enhiesta y yo seguía comiéndosela alternando con otras partes del cuerpo. tomamos poppers varias veces y la tensión aumentó. yo estaba completamente sometido, como si me hubiera metido algún tipo de droga que me privara de la voluntad. estaba completamente entregado. en un momento dado se levantó y yo me puse de rodillas delante suya y seguí comiéndosela, llegando a tener alguna que otra arcada. entonces me la sacó de la boca y en un par de empujones noté como su leche caía sobre mi pecho mientras gemía de placer. allí estaba yo, de rodillas, meado, con la leche de mi Amo cayendo por mi pecho, dominado y sometido.
me permitió ducharme después de El y salimos hasta su coche. había poca gente y llegamos a una calle muy secundaria donde tenía aparcado el echo. miré a un lado y a otro y pregunté:
-¿hay cámaras en las calles?
-¿Cómo?-preguntó El.
-¿hay cámaras en las calles de aquí?
-Creo que no.
y entonces, terminando de hablar, me arrodillé en plena calle, entre dos coches, y le besé las botas, esas botas tan increíbles.
cuando me levanté tenía una sonrisa en la cara. eso me encantó y bajé la cabeza humildemente. así nos despedimos mientras El cogía su coche y yo volvía al hotel.
-¡Sécame!-ordenó.
y así lo hice, recorrí su cuerpo con la toalla y cuando iba a llegar a los genitales le miré pidiendo permiso. El asintió con la cabeza y se los sequé. noté como se endurecía su polla y no pude resistirme, me arrodille y se la sequé con mi boca metiéndomela hasta el fondo. su cuerpo me dijo que aquello le agradaba. salió a la habitación y se tumbó boca arriba en la cama.
-Dame placer. Hazme disfrutar- dijo mientras ponía los brazos tras la cabeza.
aquello me sorprendió, sobre todo porque me obligaba a tomar la iniciativa. sus deseos, sean cuales fueran, son órdenes para mi así que comencé lamiéndole los pies, muy suavemente, casi rozándolos con la mano primero y con la lengua después. luego me fui metiendo los dedos, uno a uno, en la boca. todos mis movimientos estaban condicionados por la respuesta corporal, si era buena seguía, si no paraba inmediatamente y buscaba otra cosa. lo siguiente fue besarle ligeramente todas y cada una de las partes de su cuerpo. la sumisión no consiste en estar atado solamente. en aquel momento estaba completamente sometido a El, buscando únicamente su placer. pronto llegué a sus pezones. había evitado conscientemente su polla y sus huevos. esos son siempre el plato fuerte, por ser los más sensibles, y hay que dejarlos para el final. el cuello se mostró un lugar especialmente interesante. cuando lo lamí ligeramente, se le escaparon algunos gemidos de placer, algo que aproveché aumentando la intensidad. con la lengua recorrí el pecho y a medida que me acercaba a al ombligo notaba como su polla se iba endureciendo. un recorrido por los huevos aumentó la dureza. no quería mirarle a la cara, sólo quería obedecerle, sólo quería darle placer. tras un pequeño rodeo, por fin ataqué su polla y se la comí con intensidad. a partir de aquel momento el resto del cuerpo se volvió secundario porque los genitales son unan de las mayores fuentes del placer. se la comí bastante tiempo a diferente ritmo y con diferente profundidad. hasta cuatro veces tuve que salir corriendo al baño porque me inundaban las arcadas y casi echo lo que tenía en el estómago. dos veces me hizo tomar poppers y por dos veces me sentí completamente fuera de mi. el efecto es casi inmediato, me descontrolo y tiene que sujetarme para evitar que me ahogue con su polla. todo estaba siendo muy intenso, demasiado y aún no había aparecido ni el cuero, ni las ataduras, ni ningún elemento fetiche, salvo la dominación psicológica.
-Coge la mochila y saca todo lo que hay en ella-dijo señalando la bolsa en la que tenía todo su material.
fui sacándolo poco a poco: guantes, pantalones, suspensorio, capucha, camisa de cuero, esposas, condones, lubricante,y algunas cosas más.
-Elige lo que te apetece y pónmelo.
aquello me sorprendió y me quedé mirándole unos segundos. la imaginación se me desbordó pero sabía que había cosas que, aunque las imaginara, no podía hacerlas, o no quería hacerlas, o no debía hacerlas.
-He dicho lo que quieras-dijo El intuyendo mis dudas.
cogí unos suspensorios y se los puse. El seguía acostado así que me costó un poco. luego vinieron los pantalones y al final la camisa.
-Recuerda, lo que quieras-sentenció.
y entonces le puse la capucha con los ojos cerrados pero la boca abierta. comencé a recorrer de nuevo su cuerpo, empezando por los pies, la única parte, con los brazos, que no estaba cubierta por el cuero. al llegar al pecho después de un rato de estar oliendo el cuero, le fui desabrochando la camisa y lamí sus pezones. nuevamente atento a su expresión no verbal, su cuerpo me iba dando señales de placer. su polla seguí enhiesta y yo seguía comiéndosela alternando con otras partes del cuerpo. tomamos poppers varias veces y la tensión aumentó. yo estaba completamente sometido, como si me hubiera metido algún tipo de droga que me privara de la voluntad. estaba completamente entregado. en un momento dado se levantó y yo me puse de rodillas delante suya y seguí comiéndosela, llegando a tener alguna que otra arcada. entonces me la sacó de la boca y en un par de empujones noté como su leche caía sobre mi pecho mientras gemía de placer. allí estaba yo, de rodillas, meado, con la leche de mi Amo cayendo por mi pecho, dominado y sometido.
me permitió ducharme después de El y salimos hasta su coche. había poca gente y llegamos a una calle muy secundaria donde tenía aparcado el echo. miré a un lado y a otro y pregunté:
-¿hay cámaras en las calles?
-¿Cómo?-preguntó El.
-¿hay cámaras en las calles de aquí?
-Creo que no.
y entonces, terminando de hablar, me arrodillé en plena calle, entre dos coches, y le besé las botas, esas botas tan increíbles.
cuando me levanté tenía una sonrisa en la cara. eso me encantó y bajé la cabeza humildemente. así nos despedimos mientras El cogía su coche y yo volvía al hotel.
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