domingo, 4 de marzo de 2007

El segundo bautismo II

la cena fue espectacular. había todo tipo de cosas. me contuve un poco porque necesito bajar algo de peso y ante tanta comida me suelo desbordar. seguí el ritual establecido. con su permiso cogí la comida que me apetecía y al llegar a la mesa esperaba hasta que me daba permiso para comer. lo hice dos veces pero en el postre no estuve lo suficientemente atento. el motivo fue que estábamos hablando y yo me relajé. cuando me di cuenta fue demasiado tarde. El me lo dijo y me sentí tremendamente frustrado y avergonzado. cuando terminamos de comer subimos directamente a la habitación. yo supuse que iríamos a dar una vuelta pero El estaba cansado así que entramos, me ordenó desnudarme, me volvió a poner la cadena con el candado y me dijo que me echara en la manta. esta vez me permitió usar una almohada y una colcha. la cadena estaba muy, muy apretada y me la tenía que ajustar bien para que no me asfixiara. así dormí esa noche.
fue precisamente un tirón de la cadena lo que me despertó. El estaba de pie, vestido ya todo de cuero. miré de soslayo a la ventana, era de noche y una brillantísimo luna llena se reflejaba en el mar. al principio no entendí nada pero tiraba de mi hacia la terraza. le seguí a cuatro patas, intentando que la cadena no me asfixiara. cuando llegamos noté el frío de la noche, era noche cerrada. se sentó en una butaca y me colocó entre sus piernas. se sacó la polla y comencé a comérsela. estuve un buen rato así, con poppers por medio incluso. El se arqueó varias veces, estimulado por el placer. sus gemidos me motivaron. en aquel momento volví a sentir que no existía nada más, solo nosotros dos en aquel apartamento, dándole placer a mi Amo. al rato me llevó dentro y volvió a penetrarme, y volvió a repetirse el ritual: el baño, la cama, cambiar de posturas. esta vez además jugó con la puerta del ropero, cubierta de espejos y la del baño, que estaba justo enfrente también de espejo. le gusta verse follándome o mientras se la como. así estuvimos un par de horas, o eso creo, porque cuando me di cuenta ya era de día. el tiempo pasó volando y yo acabé como siempre: tirado, encogido, con el culo palpitándome pero feliz de haber servido a mi Amo. El estaba en el baño y me llamó. cuando entro lo encuentro en la bañera.
Dúchame!- me ordena. entro inmediatamente en la bañera y comienzo a enjabonarlo. le limpio todo y, nuevamente, cuando me arrodillo para lavarle los pies, me mete la polla en la boca.
cuando termino sale y me ordena que me duche yo. salgo, nos vestimos y bajamos a desayunar. el desayuno es más fuerte casi que la cena anterior. estoy todavía algo despistado por todo lo que ha pasado, especialmente por el despertar tan extraño. la imagen de la luna brillando sobre el cuero de mi Amo sigue firmemente marcada en mi memoria.
Terminamos de desayunar y subimos a la habitación. sigo sin saber qué hora es. mi Amo se tumba en la cama y me permite acurrucarme a su lado. lo hace con un gesto casi imperceptible. golpeando ligeramente la cama con la mano. me acurruco y el tiempo pasa hasta que es hora de irnos. recojo todo lo que está esparcido por la habitación y bajamos.
partimos con el coche hacia el norte. estoy cansado pero contento. pronto llegamos a La Laguna y seguimos hacia el Monte de las Mercedes. paramos en varios miradores por el camino. tuve que hacer un gran esfuerzo porque había muchos motoristas por el camino y El me había prohibido mirar las botas de nadie mientras estuviera en su presencia. cada vez que aparecía un grupo giraba la cabeza hasta el lado contrario.
así llegamos hasta un sitio que no sé como se llama pero donde salían varias rutas para caminar. siguiéndolo a El nos internamos por esos senderos. el bosque era realmente espeso y había pozos de agua abiertos en la roca. El llevaba vaqueros, camisera y zapatos. yo llevaba vaqueros, camiseta y mis botas vaqueras. nos cruzamos con un par de excursionistas pero pronto quedamos solos. la conversación giró sobre lo miso: la sumisión y qué significaba eso de pertenecer a alguien. no recuerdo exactamente cómo comenzó pero si que en un momento dado me dijo:
-¿Así que vas a enseñarme el culo ahora?- e inmediatamente me bajé los pantalones y los calzoncillos y me quedé así, con el culo al aire en medio de una ruta de montañismo. El sonrió y me dijo:
-Pues ahora te vas a quedar así- y desapareció por el camino.
supongo que debía haber sentido más ansiedad, más nerviosismo, pero no fue así. estaba relativamente clamado, aunque algo excitado. El apareció pronto y dio una vuelta alrededor mio como sopesando mientras yo miraba el suelo sumisamente.
Levántate los pantalones!-ordenó- Ahora ponte de rodillas. Mejor a cuatro patas.
obedecí. el suelo estaba mojado de la humedad del lugar. noté como se enfriaban mis rodillas y mis manos.
-¿Está mojado?-preguntó como leyendo mis pensamientos.
-si Amo-contesté yo.
-Muy bien. Dame tu móvil.
se lo día y sacó dos fotos de mi a cuatro patas en aquel lugar. estaba un poco expectante pero ni miedo, ni excitación, sólo quería obedecer. entonces se apoyó en un árbol y me enseñó la suela del zapato. la tenía con barro.
-¡Limpia!-ordenó.
aquello era una prueba clarísima. sabía que me costaba limpiarle las suelas de las botas, pero aquellas además tenían barro. le miré suplicante pero bastó un segundo para saber que tenía que hacerlo. y lo hice. noté el barro en mi boca. cuando lo creyó conveniente me hizo levantar y me vio sacudirme las manos. las rodillas las tenía también mojadas y manchadas de barro.
-¿Están sucias? pues no quiero que te limpies.
y entonces ocurrió. me rebelé. noté como la soberbia y el orgullo crecían dentro de mi.
-por favor-dije suplicante.
-¡Ni por favor ni leches, no le limpias! Vas a ir hasta Las Palmas así.
tenía unas ganas enormes de limpiarme, de desobedecer. soy una persona muy orgullosa y tengo muy inculcado que no se puede ir sucio por ahí. es uno de esos mensajes grabados a fuego durante la infancia y que te persiguen toda la vida. se desató en mi una tormenta emocional. exteriormente se manifestó en un mutismo total. no volví a decir una palabra, pero estaba luchando por equilibrar esas dos órdenes aparentemente contradictorias en mi interior. mi obediencia se puso en lucha contra el resto de mi vida. aquello ya no era una sesión, ni un juego. acababa de pasar un límite. El se había metido en mi "programación" cotidiana en mi "vida normal". allí, en silencio, mientras volvíamos al coche un caballo se encabritaba dentro de mi mientras El, tal vez ajeno a al batalla que acababa de desatar, seguí urgando. en cuanto había una cierta distancia entre los dos, chasqueaba los dedos y se golpeaba el costado de la pierna, como cuando se llama a los perros, para decirme que me pusiera a su lado. por supuesto en aquella circunstancia me podía aún más. sentí el barro en mi boca y los deseos de terminar con aquello subiéndome por las entrañas. así llegamos al restaurante donde comimos. fue al aire libre, en una terraza, con un motero todo de cuero al lado, al que prácticamente no miré. poco a poco me fui tranquilizando e integrando lo que había pasado. intenté explicárselo pero no sé si lo conseguí. lo que si creo ahora es que dio un gran paso. jamás hubiera consentido eso a nadie ¿por qué no me limpié? ¿por qué no rechacé el tema y le dije que no iba a hacerlo? el desencadénate fue una tontería pero en el fondo estaba en en juego su poder para "reprogramarme", para cambiarme, incluyendo las órdenes y los mandatos básicos inscritos en la infancia, el típico "eso no se hace". fue definitivamente una victoria suya, un gran avance en su dominio y control sobre mi. siguiendo con la metáfora, al final consiguió domar al caballo, este al menos.
en mi vida como esclavo creo que quedará más marcada esta escena del bosque que cualquier otra de este fin de semana porque, aunque fue la más dura y la menos placentera, fue sin duda donde avancé más en mi sumisión.
después de comer intenté explicarle todo esto a El. no creo que lo comprendiera del todo. bajamos hacia La Orotava y llegamos a las Ramblas de Castro. paseamos por allí un buen rato y volvió a calmarme. toda la experiencia me había dejado agotado. hablamos de nuestra vida fuera del bdsm. como siempre me sacó más información El a mi que yo a El. realmente yo no le puedo sacar información, solo recibo la que El quiere darme. me orientó y escuchó, y aconsejó sobre determinados temas. el día comenzó a declinar y fuimos de vuelta a La Laguna. estuvimos paseando y viendo las botas en las zapaterías. desde luego hay más y de mejor calidad que en Las Palmas. hablamos de algunos sumisos que El conoce y de donde proceden determinadas actitudes y comportamientos. yo le dí mi opinión y fue una conversación interesante.
cuando se aproximó la hora me llevó al aeropuerto y aparcó. me acompañó a facturar y nos sentamos en la cafetería hasta que fuese la hora.
seguimos hablando, esta vez sobre el origen de la sumisión, de dónde procede esa tendencia/necesidad de someterse. quedamos en que escribiría algo sobre eso y se lo haría llegar. creo que me paso gran parte de mi vida rumiando el tema este de la sumisión y las relaciones D/s ¿me hace por casualidad eso mejor esclavo? tal vez, siempre he creído esa frase que dice que las mejores improvisaciones son las que se preparan cuidadosamente y que se traduce en que cuanto más tiempo piense y me conciencie sobre ello, más posibilidades tengo de integrar las sorpresas que se presentan.
llegó la hora y tuve que pasar el control de seguridad. hubiera querido, como otras veces, arrodillarme allí mismo y volver a besar sus pies. nunca se cuando volveré a hacerlo. al final nos despedimos con un ligero movimiento de cabeza.
el viaje fue agotador, estaba muy cansado pero me sentía tranquilo. lo comencé siendo un sumiso y lo terminé siendo un esclavo.

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