jueves, 11 de enero de 2007

Un nuevo encuentro

realmente El es mi Amo. su poder sobre mi es innegable y evidente. cuando estoy en su presencia todo se confunde y difumina. me siento realmente sumiso cuando estoy a su lado. instintivamente me sale tratarlo de Usted e instintivamente mi cuerpo asume una actitud sumisa. basta oir su voz o verlo para que un resorte en mi actúe y me deje en estado de sumisión psicológica. eso también ocurrió cuando quedamos hoy para comer. fuimos al restaurante que hay en Makro, aunque primero quedamos en Dacathlon. El estaba mirando varias cosas. es sorprendente los múltiples usos que se le pueden dar a las cosas más cotidiana. el hecho es que recorrimos la tienda como Amo/sumiso, viendo las posibilidades de los objetos: bolas de golf, sacos de dormir, capuchas de montaña, etc. especialmente interesante fue la sección de hípica, con sus cueros y sus arneses. estuvimos mirando las fustas y al final encontramos una negra, que aunque no era perfecta, se ajustaba a las necesidades y le supliqué que me permitiera regalárselo. también compramos unas pelotas de golf de plástico, pensadas para hacer de mordaza sobre todo, aunque al final resultaron pequeñas. sin embargo comprobamos que dos podrían mantener la boca a buen recaudo.
mientras comíamos seguimos con la conversación y con el protocolo: yo no comenzaba a comer hasta que él me daba permiso. el hombre que estaba sentado a nuestro lado parecía leer el periódico pero se estaba quedando con todo, al menos cuando se levantó me echó una mirada entre sorpresa y reprobación que me hizo sentir orgulloso. la comida fue extremadamente agradable. yo me sentía envuelto por su poder y su autoridad, estaba en la gloria.
cuando salidmo El tenía que ir a una reunión así que me fuí a casa, con la orden de esperar. si El terminaba a tiempo tendríamos una sesión. y con esa actitud me guia a casa, ansioso, mirando el reloj. las horas pasaban y no había llamda. supuse que la reunión se había alargado. a las 9 tenía que estar en casa y llamó sobre las 7 y algo. hablamos y ante la imposibilidad de una sesión por las prisas, quedamos para tomar café.
fuimos a Alcampo y vimos las chaquetas de cuero que estaban en oferta. me probé algunas y dijo las cosas buenas y las no tan buenas que tenía cada una. luego fuimos a Bata y le mostré unas botas que siempre que paso por delante miro. también fuimos a Springfield y vimos unos guantes y unas botas, pero estas tenían cremallera a un lado y El dijo que le quitaban todo el morbo.
se hacía la hora así que nos separamos,pero quedamos al día siguiente para comer.

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