jueves, 7 de septiembre de 2006

Sobre la sumisión

no sé como lo consigue pero cada vez que saca un tema es como si abriera una compuerta que luego no pudiera cerrar. desde que El me habló de la humillación no paro de darle vueltas al tema. cada vez que mi mente no está ocupada en otra cosa, vuelve a lo mismo y lo intento ver desde muchos puntos de vista. una cosa que me gusta hacer a menudo es ir al diccionario para ver de qué estamos hablando. en el de la Real Academia humillar se define como:
humillar.
(Del lat. humiliare).
1. tr. Inclinar o doblar una parte del cuerpo, como la cabeza o la rodilla,
especialmente en señal de sumisión y acatamiento.
2. tr. Abatir el orgullo y altivez de alguien.
3. tr. Herir el amor propio o la dignidad de alguien.
4. tr. Taurom. Dicho de un toro: Bajar la cabeza para embestir, o como
precaución defensiva. U. t. c. intr.
5. prnl. Hacer actos de humildad.
6. prnl. Dicho de una persona: Pasar por una situación en la que su dignidad
sufra algún menoscabo.
7. prnl. ant. Arrodillarse o hacer adoración.

me parece que salvo la acepción 4 todas pueden ser aplicadas a una relación D/s. especialmente interesantes me resultan la 2 y la 3 por cuanto me parecen herramientas imprescindibles para el entrenamiento de un esclavo, que no debe ser altivo ni orgulloso, al menos delante de su Amo, ni tener amor propio o dignidad. aquí radica la diferencia entre la humillación verdadera y la que no lo es. no por hacerlo públicamente el orgullo o la dignidad de alguien se resiente, a veces es justo lo contrario. en determinados bares el tener una actitud aparentemente humillante puede ser interpretado como un signo de superioridad o aumento de la dignidad. otros esclavos sentirán envidia y algunos amos pueden valorar ese comportamiento. sin embargo si se hace privadamente casi seguro que el efecto es más profundo. desde luego "abatir el orgullo y la altivez de alguien" no es algo externo, sino algo que ocurre en el interior del sumiso, aunque tenga efectos exteriores. no me parece que sea, por tanto, el entorno lo determinante, sino lo que pasa en el interior del esclavo. a veces es un gesto intrascendente.
he reflexionado sobre las veces que me he sentido auténticamente humillado en el tiempo que llevo sirviéndole y tres momentos han salido a la superficie de forma evidente. los tres fueron iguales: Usted me pegó una cachetada por haber hecho algo mal. la primera fue cuando en la ducha cogí la toalla que no debía; la segunda cuando no llevé terminados los objetos de cuero en nuestro último encuentro, y la tercera fue cuando miré la etiqueta de los objetos quev había utilizado para inmovilizarme las manos. Usted me ha golpeado másfuertemente, pero no más profundamente. esas han sido las tres ocasiones en las que me he sentido más humillado y en las que he visto hundirse mi orgulloy altivez. hoy le doy gracias por ello y le suplico que me siga mostrando el camino para someterme a Usted.
esta experiencia me hace comprobar que no es necesario estar en público para ser profundamente humillado.

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