después de un día humano viene uno muy sumiso. es una regla que se ha comfirmado con el paso del tiempo, y hoy ha vuelto a reafirmarse. de hecho el objeto ha estado todo el día en un profundo estado de subspace, casi en silencio absoluto. el objeto ha dormido mucho, y por tanto descansado, pero también se ha encontrado en calma y tranquilidad. leer o estudiar no es algo que considere el objeto trabajo, sino más bien parte de su existencia. así también lo vive mi Señor, a quien le agrada que el objeto no se relacione con nadie y esté en silencio. hoy, por ejemplo, le ha vuelto a señalar que ese será su destino definitivo e ineludible. no hay forma de escapar de él. y eso le da al objeto una paz increíble.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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