hay realidades a las que uno cuesta acostumbrarse, que se van gestando poco a poco, de manera imperceptible, hasta que cobra forma, tomas conciencia y se convierte en un hecho evidente. el objeto hoy ha tenido una de estas "manifestaciones". se ha dado cuenta de que no tiene amigos ni familiares. así, a priori, puede parecer algo duro, o que convierte al objeto en digno de lástima, pero no es así. en este juicio priman frases como "quien tiene un amigo tiene un tesoro" o "la familia siempre estará ahí para tí". ambas sentencias son falsas, completamente falsas y solo se mantienen porque fundamentan una creencia que los humanos no ponen en duda. el día de hoy el objeto tuvo que relacionarse con muchos humanos, incluso volvió a salir a comer con unos conocidos por eso de "las fiestas". todo fue una inutilidad, un sinsentido. el objeto no se sintió mal, pero tampoco bien. ¿podría haber pasado perfectamente sin este día? completamente. ¿por qué lo hizo entonces? porque, como saben, si no fuera y cediera a determinadas cuestiones humanas eso le traería más complicaciones que no hacerlo y, para mantener su coartada el objeto tiene que hacerlo. sin embargo eso no oculta la realidad, que mi Señor es lo único importante que hay en la existencia del objeto, y que ni "amigos" ni "familiares" llegan ni de lejos a ese nivel. de hecho no llegan a ningún nivel.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
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