el objeto ha estado en casa prácticamente todo el día, salvo ir a comprar el pan y recoger algo de comida. como preveía mi Señor su estado mental ha sido de completa y absoluta sumisión. resulta irónico que un día humano traiga como contrapartida un día especialmente sumiso, o tal vez no. tal vez sea la ley del equilibrio. todo debe compensarse. tal vez por eso existimos los inferiores, porque están los Superiores y es necesario compensar tanta grandeza con mucha inferioridad. el hecho es que durante todo el día el objeto ha sentido una especial devoción y adoración por mi Señor. se lo ha reflejado en alguna ocasión diciendo que su existencia depende de Él, que todo depende de Él y que Él lo tiene todo mientras el objeto no tiene nada. no quiere el objeto imaginar lo que pensaría un psicólogo si leyera estas palabras, pero al psicólogo no le importa la relación que mantiene mi Señor con su objeto. es una relación de dependencia, de sumisión, de obediencia. el objeto no tiene nada, mi Señor se lo ha quitado todo y por eso depende de Él. pero eso significa que también le ha quitado el miedo, el sufrimiento, la angustia de tener que decidir, la libertad, los derechos... absolutamente todo. la mente del objeto está encerrada ya en la mazmorra, su mente amordazada. nada depende de el objeto, todo de mi Señor. debe ser así. no hay otra manera.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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