el bondage puede ser un fetiche muy potente y, como hemos comentado abundantemente en este blog, adquiere sentido precisamente cuando quieres que termine y no ocurre. sin embargo también tiene una función de domar al ego. el ego es el principal enemigo de un esclavo, de cualquier inferior de hecho. uno de sus manifestaciones más evidentes es el orgullo. atar a un esclavo impide que escape de lo que viene a continuación, que puede ser un castigo, ignorarlo, azotarlo, humillarlo o evitar que vaya a donde quiera. una vez voluntariamente aceptado el entrenamiento, puede darse el caso de que el ego te incite a huir. en el fondo, y en la superficie, el inferior no quiere marcharse, pero un ego descontrolado puede imponerse. entonces el bondage impide que el esclavo haga lo que no quiere hacer y posibilita que el Amo pueda trabajar con el ego, reduciéndolo o eliminándolo para que al final el inferior realice su auténtica naturaleza.
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