eran los únicos vestidos de cuero en la cafetería pero el
Amo se había empeñado en que el encuentro fuera en un lugar público, el
último lugar en que estaría como alguien libre.
-Ya conoces las condiciones: sin derechos, sin salir, solo obedecerme, sin hablar y sin posibilidad de liberación.
las
sesiones anteriores habían sido increíbles y el Amo le había demostrado
que sabía lo que se traía entre manos, pero aquello era un paso
definitivo.
-Si firmas te llevaré a la mazmorra y te encerraré para siempre. Si no, nos despediremos y no volveremos a vernos.
la
mera idea de lo primero se la ponía dura. pensar en lo segundo le
aterrorizó. aquello se lo dejó claro. cogió el bolígrafo y sin decir
palabra firmó.
miércoles, 11 de enero de 2023
minirelato
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