el objeto es plenamente consciente de que últimamente está poniendo muchas imágenes de encadenados. la razón es obvia. entre la gran cantidad de formas de bondage, el Dueño le ha dicho que estará siempre encadenado. el pasado fin de semana, cuando estuvo bajo sus botas, así fue. el objeto comió encadenado, durmió encadenado, trabajó encadenado y sirvió al Dueño encadenado. es cierto que tenía las cadenas por delante, lo que le permitía cierta movilidad pero muy limitada. la sensación de querer hacer algo tan simple como limpiarse después de ir al baño pero no poder hacerlo cómodamente por las cadenas era una auténtica sensación de esclavitud, de limitación de libertad. ese es el regalo que le ha dado el Dueño al objeto últimamente y, como todos sus regalos, el objeto no puede sino agachar la cabeza, lamer las botas del Dueño y darle las más profundas gracias.
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