miércoles, 28 de diciembre de 2022

minirelato

el viaje había sido demasiado largo. de hecho se había dormido durante el trayecto así que era imposible saber incluso cuánto había durado, ni en qué dirección. no sabía si era de día o de noche, pero de todas formas no lo habría visto por la capucha de cuero.  tampoco habría podido pedir ayuda, la mordaza se lo impedía. le dolían las esposas de las muñecas y las cuerdas de los pies, a pesar de las botas. la furgoneta paró y el Amo lo sacó y lo cargó como un fardo por una pequeña escalera. lo puso de pie y cerró la puerta. le quitó la capucha y vio un sótano, convertido en una mazmorra llena de todo tipo de artefactos. no le había dicho a nadie que iba a quedar o que estaba allí. pensaba sólo en una noche de sexo salvaje.
-Bienvenido a tu nueva casa -dijo el Amo.

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